Ya era hora de que...¡cambiaramos el horno! yujuuuuuuu, jejejeje. Y es que después de mi indecisión para comprarlo, una tarde cuando llegue de trabajar allí estaba, puestecito en mi cocina (sorpresa de Paco!). Y que cambio...
Pero bueno, antes de empezar con la receta ya sabéis que me gusta mucho contaros nuestras pequeñas escapadas con Arturo (por si os puedo dar ideas de sitios para ir con peques). Pues bien esta vez ha tocado irnos a una encantadora casita rural en Torvizcón, un pueblo de la Alpujarra.
La casita se llama "Las Tres Rosas", y está rodeada de campo, con gallinas, caballos, un pequeño invernadero (donde podíamos recolectar), un río con ranas...ideal para los niños, y para descansar los mayores! jejeje. El único inconveniente que le podría poner es el acceso, ya que esta tan situada en medio del campo que el camino es un poco difícil (con curvas y cuestas) que para bajar bien, pero para subir...nos costó un poco sacar los coches (ya que también estaba lloviendo y no lo facilitaba)
Pero por lo demás, recomendadísima. Rosa, su dueña, es un encanto de persona, cuando llegamos nos había dejado huevos recién cogidos, y naranjas. Además utilizan el agua del río (filtrada) para abastecer la casa, por lo que no podíamos beberla, pero ella nos dejó muchísimas botellas llenas con agua potable. Tuvimos un problemilla con la luz (ya que como ella dice las energías renovables tienen muchísimas ventajas y algunos inconvenientes) pero lo solucionó rapidísimo.
En definitiva, si queréis desconectar unos días del ajetreo diario, queréis respirar aire puro, donde solo escuchas los animales de la naturaleza, sin duda, este sitio es ideal.
Y después de contaros nuestro pequeño viaje de fin de semana vamos a lo que vamos no? jejeje. La receta de esta semana!!!
Quería hacer algo tradicional y fácil. Además este mes me llegó la caja de Degustabox, regalo que gané en el concurso del blog: Cocinando con las Chachas (si quieres ver la receta premiada pincha aquí), y a parte de venir unos productos maravillosos, venía un botecito de miel (lo que es la vida, antes no podía ni verla y ahora me encanta!)
Y pensando y pensando...algo que se me resistía en mi antiguo horno eran las magdalenas! a la vista esta que llevo mucho tiempo sin hacer, así que me dije - ahora si que me salen bien, al ataque!! - ¡Y aquí tenéis el resultado! Unas magdalenas esponjosas, doraditas, tiernas...
Si no os gusta la miel, probarlas por favor! porque no tienen el sabor fuerte de la miel...es un toque...no se...tenéis que probarlas para entenderme.
Bueno, ya no os hago esperar más que me vais a matar!!!
Magdalenas de miel
(receta adaptada del blog: directo al paladar)
Ingredientes:
- 170gr de azúcar
- 2 cucharadas soperas de miel
- 2 huevos L
- 125gr de mantequilla sin sal (temperatura ambiente)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 190gr de harina de trigo
- 2 cucharaditas de levadura en polvo (tipo Royal)
- 125ml de leche semidesnatada (o entera)
Elaboración:
Comenzamos precalentando el horno a 170º.
En un bol batimos el azúcar, la mantequilla, la miel y la vainilla, hasta que conseguir una mezcla cremosa.
Añadimos los huevos uno a uno.
Seguimos batiendo.
Añadimos la harina con la levadura en 3 veces. Mezclamos bien hasta obtener una mezcla sin grumos.
Por último añadimos la leche y movemos hasta obtener una crema suave.
Colocamos nuestros moldes de papel en la bandeja metálica y con la ayuda de una cuchara repartimos la masa (a mi me salieron justo 12)
Horneamos durante 20 minutos. Las sacamos del horno y las dejamos reposar 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla donde terminarán de enfriarse.
como siempre yo las he probado y estan riiiiiquisimas jijiji
ResponderEliminarJajajaja, me alegro que te gustaran
EliminarQue ricas, me comería un par.
ResponderEliminarNo duraron mucho en casa, estan muy ricas! Besitos
Eliminar